El sueño de la casa propia, de madera, zinc, sin arquitectos, con tus manos, lágrimas, amor, puteadas y sonrisas.

jueves, 23 de septiembre de 2010

día de semana


Pasé por la casita jueves a la tarde, no hice mucho, seguí trabajando en la ventana que significa mucha maderita recortada a 45º, mucha prolijidad.

Papá y Diego (ya lo nombré antes? es el nuevo único asalariado, novio de una amiga) terminaban el último piso que resta en la casa. No ver la tierra bajo los tirantes da una sensación de casa tan completa. Le sigue colocar las puertas de la habitación de mi hija y la del baño, y armar las paredes internas entre ambos ambientes y el living comedor.


El hueco en el piso que se ve en una foto, es el ancho del baño.


Este fin de semana voy a tratar de terminar con la pintura en planta alta, más sintético ecológico blanco...y quizás estrenar el chiche nuevo, la lijadora, en la baranda.


Parada al borde del precipicio con mis leopardas violetas, de ellas saqué el color de la pared del comedor.

El Chino compró una reja que va a ir en la esquina como entrada del auto, la instalan en estos días previo sacrificio del babanero que crece en la ochava.

La carta de colores está desplegada, y la compra de la pintura a la espera del resultado de la encuesta.



Jugando con la imagen, me imaginé las posibilidades de casita en una realidad saturada.

Por cada flor un fruto, este verano: el cherry pie de Twin Peaks for everyone!

2 comentarios:

Marisa dijo...

Vengo de Casa Chaucha, y de atras para adelnate.Genial el proyecto!!! felicitaciones!! tengo una ventaja: que ya vi el TERMINADO en Casa Chaucha.
Muy bueno! y felicita a tu viejo de mi parte.
Si hasta me dan ganas de empezar algo asi...

micaela dijo...

Tranqui Marisa que no es trampa ver el final :)